MARHABA (hola, bienvenido)

 

TÉ A LA MENTE

VIAJE AL DESIERTO DEL SAHARA, MARRUECOS

ACOMPÁÑANOS DEL 12 AL 20 DE OCTUBRE, 2019

¿Te has planteado cómo serían unos días sin móvil, sin televisión y sin reloj?

¿Has dormido alguna vez bajo las estrellas?

¿Cómo te relacionarías con un grupo de gente al que apenas conoces?

Ven con nosotros y prueba una experiencia única.

Ponemos a tu alcance un viaje único, donde podrás desconectar de la rutina y conectar contigo, con la magia de los atardeceres, con el aire limpio, con el silencio imperturbable y con la calma.

Atrévete a vivir el reto del desierto, a soltar el móvil, a viajar en grupo y a dormir bajo las estrellas.

Acompáñanos el próximo mes de octubre en una caravana que cambiará el rumbo de tu vida para siempre.

Ven a descubrir el desierto de los desiertos. Llega donde pocos han ido: el único lugar del mundo donde puedes escuchar el silencio.

La tierra donde disfrutar de la belleza de la naturaleza virgen más auténtica. El espacio donde reposar nuestros pensamientos y cultivar el recogimiento.

Seguramente, la mejor oportunidad para encontrar la mejor versión de ti mismo

Trekking

Camina entre dunas

Yoga

Escucha tu cuerpo

Coaching

Vive a tu manera

VIAJANDO DESPACIO

Posiblemente te pasas la vida corriendo de un lado a otro, pendiente del reloj, de las fechas de entrega, de los horarios y además, metido en un atasco. Viviendo con prisa… 

Así que queremos que estos días sean muy distintos: vamos a adentrarnos en el desierto y hacer una travesía durante una semana. Un viaje como los que se hacían en otros tiempos: cuando las horas las regía el sol, cuando las distancias se salvaban a camello y cuando la luz en la noche provenía de las estrellas y el fuego.

Una vez en el desierto, nos bajamos del coche y caminamos. Y no echamos unas fotos rápidas y nos vamos: nos quedamos a vivirlo, a sentirlo, a permitir que nos enseñe lo que nos toque aprender y que nos deje su imborrable huella.

Avanzamos lento, saboreando cada momento, dejando que cada día cuente, que las horas se llenen de experiencias. Aprendiendo los ritmos del desierto, danzando a su paso. Dejando que cada noche nos deslumbre un cielo estrellado, que cada amanecer nos despierte la luz del alba. Sintiendo que el silencio nos arropa, nos calma, nos deja el espacio para conectar un poco más con nosotros.

No pasamos de largo, nos quedamos porque queremos ese espacio de paz, porque escogemos este territorio virgen, casi inexplorado, para que vivas la aventura más asombrosa y extraordinariamente distinta de todas las que has vivido hasta ahora.

Porque es un viaje de encuentro con el desierto y de encuentro contigo.

Este no es un viaje más, es el viaje para (des)conectar.

PARA QUÉ SESIONES DE COACHING

Con el paso de los días, es posible que en un ambiente tan introspectivo como el desierto surjan las respuestas a algunas de las preguntas que nos suelen rondar por la cabeza. Es un gran momento para abordar cambios y para colocar nuestros pensamientos y creencias en el sitio donde les corresponda. En este sentido, la labor de acompañamiento del coaching ofrece la posibilidad de hacer ese proceso de una forma más sana, discerniendo qué es responsabilidad nuestra y qué no, desafiando algunos de nuestros «no puedo» y definiendo qué depende de nosotros.

Si ya has pasado por tu momento o si simplemente, en tu día a día ya está todo ordenado, el coaching te puede ayudar a definir nuevos objetivos y a disfrutar más de tus buenos momentos

Todo el mundo (TODO EL MUNDO) se siente bien al encontrar una persona de total confianza con quien poder compartir sus asuntos. Porque un coach no te enjuicia, ni te dice lo que tienes que hacer. Te escucha, te hace de espejo y te empodera. También te desafia y te invita a crecer. 

PARA QUÉ PRACTICAMOS YOGA

Tanto si vas a clase regularmente, como si no sabes muy bien de qué va esto del yoga, practicar en el desierto te va a sentar bien.

Haremos sesiones a primera hora de la mañana, para estirar el cuerpo y prepararlo para la caminata del día

Pero yoga, además de ejercitar el cuerpo es cultivar atención y presencia. Preguntarnos qué tal estamos hoy, revisar el estado de nuestra respiración, sentar las bases desde las que deseo plantear mi día.

En este contexto, refundiremos el yoga físico con otro más filosófico, para conocer qué hay detrás de mis impulsos, encontrar el equilibrio entre lo que acepto y lo que deseo, y aprender cómo llevarme fuera de la práctica lo que experimento sobre la esterilla: mente enfocada, corazón tranquilo, respiración estable.

Lo que cuentan quienes ya han estado allí…

Fui en noviembre 2015 una semana al desierto de Marruecos. Para mi el desierto fue una experiencia mágica.

Aún las múltiples advertencias de que no hay nada que hacer en el desierto. Cuantas menos cosas hay que hacer más te puedes ver a ti mismo. Es el contacto máximo con la naturaleza y mas alejado de la sociedad occidental. (Y eso estando en nuestro país vecino)
Toda la rutina del desierto es increíble, seguir los ritmos del sol para despertarse, los amaneceres, parar cuando aprieta el sol al mediodía, ver como va cayendo, plantar campamento para poder ver tranquilamente el anochecer, por la noche estar al borde de una hoguera y finalmente irse a dormir haciendo vivac viendo el firmamento estrellado (nunca había visto tantas estrellas fugaces en mi vida). Todo esto acompañado de un grupo de personas excepcionales y la sabiduria de los bereberes.
El desierto es un viaje hacia el interior, cosa que es buena hacerla cada cierto tiempo y un buen sitio es en medio de la inmensidad del desierto. 

Luis, Marruecos 2015

Una experiencia de completa autenticidad, fuera de los circuitos turísticos.

Una oportunidad de conectar con el alma.
Núria, Marruecos 2017

Joan, Marruecos 2015

Cuando mis conocidos me preguntan cómo fue mi experiencia, les explico las sensaciones que han quedado en mi cerebro. 
El silencio, la luz, las dunas, las salidas y puestas de sol, la mirada al infinito, el aire puro, la sensación de caminar descalzo, los pozos de agua, las noches alrededor de la hoguera, el olor del pan recién hecho…
Y que conocí, hablé y canté con gente fantástica… para mí fue como un sueño.

Un viaje estupendo. El encuentro conmigo misma ha sido profundo: reconoces que no importa el tiempo, que en el fondo no necesitas nada. 

Yolanda, Marruecos 2017

La arena se funde a lo lejos,

besando sus dunas el frío horizonte

Y con sorpresa reparas entonces,

que puedes mirar dentro de ti,

Que la luz te envuelve y te deja pensar,

que no hay nada que enturbie el silencio

más allá de tu paso tranquilo

Bailando en tu piel,  el ritmo del viento.

La calma te envuelve, te abraza el desierto,

notando el calor de ese sol que ahora nace,

rozando tu espalda, soplando en tu cuello,

Susurros de historia en la cuna del tiempo.

David San Benito

– El desierto es hermoso… – añadió.

Y era verdad. Siempre me ha gustado el desierto.

Se sienta uno en la duna de arena. Nada se ve, nada se oye.

Y sin embargo, algo resplandece en el silencio.

El Principito. Antoine de Saint-Exupéry