Cuentan que en tiempos remotos, cuando la riqueza de un hombre se valoraba según el número de camellos que poseía, los tres hijos de un jeque, una vez muerto éste, estaban a punto de enzarzarse en una disputa familiar por el reparto de los camellos.
El padre había dejado escrito que su riqueza, se repartiera de la siguiente forma:
1/2 para el mayor de los hijos.
1/3 para el segundo.
1/9 para el tercero.
Pero al morir, el jeque tenía 17 camellos, por lo que para repartirse la herencia no podían repartirse camellos enteros. Así, incapaces de repartirse la herencia sin trocear algún camello, decidieron acudir al sabio del pueblo en busca de una solución a su conflicto.
El sabio, después de meditar, les hizo la siguiente propuesta: os dejo mi camello, que está ya muy viejo, y una vez repartida la herencia me lo devolvéis.
Los hermanos hicieron números y llegaron a la siguiente conclusión:
17 + 1 = 18
y así: 1/2 = 9 camellos para el mayor, 1/3 = 6 para el segundo y 1/9 = 2 para el tercero
Total = 17
El sabio recuperó su camello y dicen que además, los tres hermanos quedaron tan satisfechos con la ingeniosa solución, que le regalaron un camello cada uno.
Moraleja: Ante los conflictos que pueden surgir en la vida, conviene preguntarse la manera de añadir valor y colaborar entre las partes, antes de centrarse en resolver sólo en lo que nos ha tocado. Una visión objetiva y global de la situación contribuye a la mejora del sistema.
Cuento tradicional sufí
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